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Unter der Diktatur der Grammatik / Bajo la dictadura de la gramática

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Un tren del ferrocarril austriacoDer Herr E. und ich sind uns puncto der deutsche Formulierung nicht immer einig.

La versión española de este post está debajo de la alemana

3. Oktober.-Seitdem ich versuche auf Deutsch zu schreiben haben wir, also mein Kollege der Herr E. und ich, mühsame Diskussionen über unsere beiden Sprachen und meinen Redaktionsstil.

Auf meiner Seite bin ich frustriert weil ich finde, dass ich auf Deutsch noch sehr primitiv klinge.

Oft, hingegen findet der Herr E. meinen Stil zu „blumig“ und meint dass meine Art etwas „bodenständiger“ sein sollte. Noch dazu, versteht er nicht, ab und zu, was ich sagen möchte und geht in meinen Gedankenkurs verloren.

Die typische Situation ist folgendes: Ich schreibe irgendwas, das ich natürlich sehr schön und literarisch finde und dann sagt er:

-Des is aber ka Deutsch.

Und ich:

-Wirklich? Unglaublich! Aber es macht nichts, oder? Weil man verstehet hundertprozentig was ich sagen will.

Und er:

-Sorry. Nein.-und dann, nach einer Pause:  Was wolltest du sagen?

Ich erkläre was ich sagen wollte und er:

-Es tut mir leid. Zu kompliziert. Könntest du es nicht einfacher sagen?

Und ich:

-Aber auf Spanisch sagt man es so!

Und er schweigt. Und wartet. Und die Uhren ticken.

Und ich versuche meine Gedanken etwas einfacher zu formulieren. Nochmals. Bis wir zu einer etwas düsteren deutschen Version von meiner ursprünglichen, ehrgeizigen Idee kommen.

Natürlich, ist der Herr E. nicht schuldig für diese Situation sondern ich  beginne erst  auf Deutsch zu denken.

Vielleicht liegen die Wurzeln des Konfliktes zwischen den Herrn E. und mir bei den Verben.

Wissen sie was ich meine? Nein, oder?

Also: auf Spanisch ist ein Satz am häufigsten so:

Subjekt + Verb + Wurst (also, grammatikalisches Zeug mit lateinischen Namen)

Diese Struktur bleibt normalerweise gleich, es gibt nur wenige Ausnahmen.

Auf Deutsch, ist die normalste Struktur so:

Subjekt+Conchita+Verb

Oder, noch schlimmer für ein Spanier:

Subjekt + Verb1 (Präposition) + Conchita + Verb2 (Hauptverb)

Oder so:

Conchita+Verb+Subjekt

Oder…

Das hat enorme Folgen, nämlich: Damit ein deutschsprachiger  Menschen ganz verstehet was der andere sagen will, muss er zuerst alles hören.

Ein spanisch sprechender Zuhörer(nennen wir ihm Pepe, zum Beispiel) bekommt den wichtigsten Teil der Information gerade am Anfang des Satzes.

Wenn Pepe etwas dazu meint, kann er seinen Haberer, den Juan ohne schlimme Konsequenzen unterbrechen (Anmerkung der Redaktion: die Spanier generell sind sehr ungeduldig).

Dann, wird Juan ihm antworten. Dazu vielleicht wird Pepe einen Witz machen. Eventuell kann auch ein Handy läuten, also Themawechsel. Ein Sprung nach vorne, zwei zurück und so weiter. Alles aber bleibt immer unter Kontrolle.

Man könnte sagen dass eine Konversation auf Spanisch ein Baum ist, der unvorhersehbar wächst.

Auf Deutsch MUSS jedes Gespräch eine Reise mit dem Zug sein. Beziehungsweise, damit alles verstanden bleibt, muss der Weg, also müssen die Sätze, der Stil, so quadratisch, praktisch und gerade wie möglich sein und die Kolonne muss bei jeder Station halten.

Nebenbei gesagt: Unter dieser Diktatur der Grammatik kann das Leben für einen Spanier ein endloses Glas Magermilch sein.

(Deutschefasungskorrektur: M. E.)

Viajeros

Esto, en español, suena más o menos así…

Desde que intento escribir en alemán, mi colega, el señor E. y yo tenemos trabajosas discusiones a propósito de nuestros idiomas y de mi estilo literario.

Por mi parte, me siento bastante frustrado porque me parece que, en alemán, todavía sueno bastante primitivo.

A menudo, por el contrario, al señor E. le parece que mi estilo es demasiado “florido” y le parece que debería ser algo más pegado a la realidad (de mis posibilidades literarias, se entiende). Además, de vez en cuando, no entiende lo que quiero decir.

La situación típica es la siguiente: yo escribo algo que, naturalmente, me parece que es muy bonito y literario, y entonces dice él:

-Eso no es alemán.

Y yo:

-¿De verdad? ¡Increible! Pero no pasa nada, ¿Verdad? Porque se entiende perfectamente lo que quiero decir.

Y él:

-Lo siento. Pero no –y tras una pausa: ¿Qué querías decir?

Y yo le explico lo que quiero decir y él:

-Lo siento. Muy complicado ¿No podrías decirlo de una manera más sencilla?

Y yo:

-¡Pero en español lo decimos así!

Y el se calla. Y espera. Y los relojes hacen tic-tac.

Y yo intento formular mis pensamientos de una manera un poco más sencilla. Varias veces. Hasta que llegamos a una versión más seca de mi idea original, que era tan ambiciosa.

Naturalmente, Herr E. no tiene la culpa de esta situación, sino que es toda mía, porque todavía no sé pensar en alemán.

A lo mejor, la raiz del conflicto entre nosotros está en los verbos.

¿Sabe usted a qué me refiero? No, ¿Verdad?

Vamos a ver: en español, una frase es así:

-Sujeto+Verbo+Wurst (*)(O sea, jerga gramatical con nombres en latín)

Esta estructura permanece estable normalmente, con muy pocas excepciones.

En alemán, la estructura más normal es así:

Sujeto+ Verbo1 (Preposición) + Conchita (**)+ Verbo2 (O sea, verbo principal)

O así:

Conchita + Verbo + Sujeto

O…

Esto tiene enormes consecuencias, o sea: para que un germanoparlante pueda entender lo que otro le quiere decir, tiene que escuchar lo que le dicen hasta el final.

Un español (llamémosle Pepe, por ejemplo) recibe la parte más importante de la información directamente al principio de la frase.

Cuando Pepe opina algo de lo que le acaban de decir, puede interrumpir a su colega, Juan, sin mayores consecuencias (nota de la redacción: los españoles son muy impacientes por lo general).

Entonces, Juan responderá algo. Pepe hará una broma sobre ello. Puede ser que suene un móvil, así que cambiarán de tema. Un salto para delante, dos para atrás y así. Pero todo permanece siempre bajo control.

Se podría decir que una conversación en español es un árbol que crece de manera imprevisible.

En alemán todas las conversaciones no tienen más remedio que ser un viaje en tren. O sea, para que todo sea comprensible, los trayectos, es decir, las frases, el estilo, deben ser tan cuadrados, prácticos y rectos como se pueda y el convoy tiene que pararse en cada estación.

Entre nosotros: bajo esta dictadura de la gramática, la vida de un español se puede convertir en un interminable vaso de leche desnatada.

(*)Juego de palabras intraducible al español. Wurst en alemán es salchicha pero también una cosa de poca importancia.

(**)Chascarrillo sobre la representante austriaca en Eurovisión 2014


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